Todas las profesiones sanitarias están representadas en el voluntariado de habilidades: medicina, enfermería, oftalmología, psicología, fisioterapia, psicomotricidad especializada, asistencia en casos de discapacidad y muchas otras.
Además de brindar atención directa, también es posible intervenir en el ámbito de la salud sin tener necesariamente conocimientos profundos sobre el tema. Las acciones de concienciación o de prevención en materia de salud, que resultaron particularmente útiles durante la era de COVID, también son posibles a través de sistemas de compromiso más relacionados con el intercambio y el descubrimiento, como el servicio cívico.
A través de las misiones encomendadas, es posible recibir y escuchar a los pacientes, desarrollar actividades recreativas y culturales, pero también concienciar a la gente sobre los riesgos de las adicciones (drogas, alcohol, pantallas, etcétera). Algunos voluntarios también son enviados a centros de salud u hospitales para que se encarguen de su buen funcionamiento.
Todos están de acuerdo con los fundamentos de su compromiso que es participar con el fin de garantizar a cada uno: «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad o de discapacidad».
Algunos datos
En 2021 se movilizaron en el ámbito de la salud el 11 % de los VSI (Voluntarios de Solidaridad Internacional).